6/11/09

LIBRO EN BLANCO

Se Descifraba agazapado con los músculos contraídos y los huesos dislocados. En la estrechez de aquél cubículo no habría suficiente oxígeno como para prorrogar aquellas escépticas elucubraciones fruto de su propia paradoja.

Su respiración se aceleró y con cada jadeo aumentaba su angustia. ¿Cuánto tiempo habría pasado? ¿horas? ¿días?

Un escalofrió le devolvió el mando de sus propias carnes. Un golpe seco, de uno de sus pies, hizo que aquellos retazos de luz se transformaran de inmediato en un fuerte destello. Un blanco punzante se le presentaba sospechoso por intensidad reveladora.

Desentumeció su cuerpo y, con una nueva bocanada de polvo y naftalina, salió de dudas. Huyó de aquel desafiante armario… Sintió el pánico: ahora era un armario, ayer la cocina y, dentro de unas horas, quien sabe.

Con paso torpe y desorientado vagaba por el pasillo con temor a que otro escalofrío le despertará de nuevo..

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